En una asignatura con muchos suspensos un grupo de alumnos secuestran a un profesor, si es capaz de aprobar el examen lo liberarán, ese es el arranque de Hay motivos. Veinticinco años después, uno de esos alumnos, que es ahora un alto cargo de un partido político en el poder, se ha visto envuelto en una operación en la sombra para abortar una conspiración para derrocar al rey de España basada en que las infantas son hijas ilegitimas. Las cloacas del poder utilizarán todos los medios disponibles, desde manipulación de la prensa a jueces confabulados con los amos del sistema para que nada cambie. Todo esto sucede a la vez que su romance con Eva, lideresa gallega de un partido de nueva creación con la que, a pesar de sus puntos de vista antagónicos, disfruta discutiendo pues los dos saben que ninguno va a cambiar de postura.Estos son unos momentos convulsos e interesantes, la política y sus manejos son cada vez más visibles, y aunque el poder se defienda, como lo hizo con ese profesor que ponía exámenes injustos, tenemos en nuestra mano no seguir el juego a la confrontación. Siempre hay motivos para obrar bien o mal, depende de nosotros la elección que hagamos.