"Gilead" me ha encantado por su ritmo pausado, su reflexión religiosa-espiritual alejada de dogmatismos, y por ese protagonista que acepta la certeza de una muerte cercana pero que mantiene la esperanza de alargar su tiempo en el mundo por el amor que siente hacia su familia. Un retrato poético de una pequeña comunidad rural muy sencilla y, en los recuerdos del narrador, marcada por la Depresión y el pasado antiesclavista. La historia es sencilla, pausada, pero muy bien contada (ese equilibrio entre los recuerdos y el momento presente, las digresiones y reflexiones personales propias de alguien que está haciendo balance de su vida) y, en definitiva, conmovedora. Me encantaría haber asistido a toda la vida del inolvidable protagonista de la obra, así como seguir la trayectoria de otros personajes. Una novela diferente, original, poética, sensible y que no te hace echar de menos la presencia de grandes conflictos, de mútliples personajes o de una acción más intensa o a un ritmo más vivo.