Nunca había leído una novela de Richard Ford protagonizada por su icónico personaje Frank Bascombe, quién le proporcionó el Premio Pulizter y el Premio Faulkner, así que, en “Francamente, Frank” he disfrutado mucho con la inteligencia, la agudeza y el espíritu crítico de éste Frank, quien ahora, bien entrado en la sesentena, con un humor ácido y con su impecable lucidez, nos narra cuatro episodios de su vida reciente, que reflejan sin fisuras y con cierto desencanto, la vida norteamericana actual y por ende, la vida occidental en general. Gracias a la destreza narrativa de Ford, por medio de su personaje Bascombe, irónico, emotivo, cínico, sabio, pero plenamente consciente de sus propias debilidades, nos sumergimos en las aspiraciones, deseos, logros y fracasos del americano medio a comienzos del siglo XXI, mientras que a través de sus cuatro precisos relatos, intensos, amenos y realistas, realiza una implacable reflexión sobre el matrimonio, la vejez, el racismo, el estallido de la burbuja inmobiliaria, la pugna política, la enfermedad, la pérdida de la fe… Una novela memorable.
hace 8 años