Si lo que buscas es un libro para aprender datos que te resulten útiles durante tu visita , del tipo que sea a Estambul, éste no es tu libro y sin embargo cuando lo acabas es posible captar la esencia de la ciudad. No se a quién va dirigido, son las memorias de la infancia del autor y parte de su juventud. Podría decirse que su mayor logro es contarnos cómo es la ciudad a través de su vida , también nos queda claro que los occidentales tenemos un ideal exótico pero inexacto, si es que es el término, de la ciudad. La palabra amargura aparece demasiadas veces , me pregunto cómo es posible captar ese sentimiento en una ciudad, quizás no haya conocido nada de Estambul y sin embargo es posible reconocer como asociamos sentimientos a barrios y calles de nuestra ciudad así como ocurre con la música o los olores. No es lo que me esperaba y eso casi nunca es malo.

Buen escritor, pero el libro no me mató. Al no tener una historia que te lleve me pareció pesado porque no lleva a ningún lado. Tengo que confesar que me salté muchos párrafos, pero encontré cosas interesantes de Estámbul... Quiero ir...

Como un niño que en el día de reyes destapa su nuevo tren de juguete y lo hecha a rodar, yo, enfermo de literatura y de libros, con una felicidad que me desborda y que me hace dar vueltas sobre mi mismo como un trompo, he leido este libro de principio a fin. Existen escritores buenos, clasicos, excelentes, increibles, inolvidables, perfectos, y para alegría de todos nosotros, los lectores a tiempo completo, existe Orhan Pamuk.

Recorrido melancólico por una juventud signada por el aire decadente de la antigua capital imperial. Pamuk no tiene (aquí) una prosa excelsa, pero consigue que captemos el espíritu del lugar y lo hagamos nuestro.