Horas después de celebrarse la Nochevieja Universitaria de Salamanca, aparece el cuerpo desnudo de una joven al inicio del Puente Romano. El cadáver presenta una extraña ritualización, con la boca cosida y la marca de una V grabada en su nuca. Los primeros resultados de la autopsia revelan que el asesino taponó su garganta con una mezcla hecha a base de miel, laurel y bellota para depositar un diente. Los análisis de ADN confirmarán que el molar pertenece a André Guimarães: un niño que desapareció en Portugal hace 25 años. Elías Falcón será el encargado de dirigir la investigación. Un inspector joven y solitario, dispuesto a seguir el protocolo a rajatabla, donde su mente siempre trata de imaginarse a la víctima cada vez que acude al escenario de un crimen. Un policía que abandonó su hogar en Candelario, pero al que regresará cuando la complejidad del caso lo enfrente a sus propios fantasmas. Nádia Belmonte, la inspectora portuguesa que acudirá como agente de enlace, cooperará en la investigación que une ambas brigadas, convirtiéndose en un apoyo personal e imprescindible para Elías. Por su parte, Zetta Vaz, una intrépida escritora de true crimes que oculta con pelucas su alopecia areata, es una mentirosa compulsiva y una exconvicta bajo libertad vigilada, que accederá a colaborar con la policía al ser la única que se entrevistó con el principal sospechoso de la investigación. Sin embargo, los acontecimientos se precipitarán hacia una carrera contrarreloj, donde la sombra del asesino destapará en todos ellos una historia que lleva años escrita en sus huesos.