Conocía el argumento gracias a la excelente película de Sternberg: gran último tercio del film que consigue ponerme la“carne de gallina” al escuchar el grito desesperado del profesor, un quiriquiquí (imitando el canto del gallo) que más que cómico le da un cariz estremecedor y escalofriante. Pues bien, la novela va más allá y le da una vuelta de tuerca más cruel y sorprendente que la trama narrada por el film. De entrada el profesor Unrat, apodado basura, son bastante diferentes en ambas versiones. El personaje fílmico es ridículo y pedante pero también un pobre ingenuo que más adelante hace que se le tenga lástima y cierta consideración por su persona; mientras que la figura literaria es imposible tener algún tipo de empatía con él. Es todo un “dechado de virtudes”: mezquino, obsesivo, rencoroso, autoritario, vengativo. Su obsesión por la venganza hará que caiga en cualquier tipo de humillación, incluso siendo más fuerte que el amor o la dignidad propia. Heinrich Mann ha compuesto una notable crítica social, especialmente de la burguesía y el sistema educativo, con unos complejos retratos psicológicos que, a veces, caen en la contradicción y que es difícil sentir afecto o inclinación con alguno de sus personajes. Una narración interior y, a la vez, social, con un ritmo detallado que se embarulla en algunos momentos, aunque no es óbice para seguir la trama con interés y amenidad.
hace 9 años