Desde el comienzo se nos sitúa en el contexto del activista social, del que se sirve el propio Uralde para desarrollar los principales temas que afectan a la ecología. Llaman la atención hechos escalofriantes como la existencia del continente basura de varias veces el tamaño de España en el océano Pacífico, la cantidad de especies que se extinguen (algunas ni siquiera descubiertas) por la contaminación del fondo marino, la enorme cantidad de propiedades que se desaprovechan de la energía solar o la inaptitud de gobernantes que, por no cumplir con el medio ambiente, no cumplen ni con los tratados que ellos mismos firman. También son interesantes las anécdotas que se cuentan sobre acciones directas de Greenpeace y sus importantes consecuciones legales en favor del medio ambiente. De algún modo el libro te blinda contra cualquier duda de si debemos o no acabar con el capitalismo y su desarrollo insostenible. Aunque a veces es demasiado reiterativo en algunas cuestiones, “El planeta de los estúpidos” no es un libro aburrido, sino que en definitiva sirve para entender cómo y por qué debemos actuar contra la explotación y consiguiente destrucción de nuestro gran hogar. Ya que, leído lo leído, entre “El planeta de los estúpidos” y “El planeta de los simios” me quedo con el segundo.
hace 10 años