La novela está ambientada en Carnival Falls, en Estados Unidos. Sam Jackson tiene doce años y vive con otros niños en una granja de acogida, desde que su madre murió en un accidente cuando tenía un año. Sam relata sus vivencias durante el verano de 1985, las visitas a la casa de los Meyer para leerle a Joseph, las estrictas normas de su hogar de acogida y sobre todo sus salidas en bicicleta al bosque con su inseparable amigo Billy. Ese verano Sam y Billy entablarán amistad con Miranda, una niña de familia acomodada, recién llegada a la ciudad, y cuya belleza hará tambalear sus corazones. Pero también algunas sombras se ciernen sobre Sam, como el hecho de que entre sus compañeros de la granja haya alguien que le quiera dificultar inexplicablemente la existencia, o cierta aureola de misterio que envuelve la muerte de su madre. A medida que pasan las páginas los tres amigos vivirán apasionantes aventuras y también desentrañarán algunos misterios. Al estar narrado por Sam, en primera persona, los personajes se nos hacen entrañables y cercanos, y nos sumergimos de lleno en los pensamientos y sentimientos de esa edad. El libro consta de cuatro partes en que pasado (1985) y presente (2010) se alternan y complementan. El título, que hace referencia a un pantano que hay en el bosque de Carnival Falls, nos recuerda también la metamorfosis que sufren las mariposas, como paralelismo a ese cambio niño-adolescente que representará el verano de 1985 para los protagonistas. La novela, que excepto por alguna escena podría considerarse juvenil, aúna aventura e intriga por igual y mantiene la atención del lector. Y como nota final destacar el epílogo, corto pero sorprendente, que cambia el sentido de muchas cosas y casi obliga a una relectura del libro. Muy buena y altamente recomendable. (Esther Rodríguez)
hace 11 años