Año 631, quinto año de la dinastía Tang. Mei vive con su familia cuando su felicidad se ve completamente destruida y ella acaba en las dependencias del palacio imperial formando parte del ejército de concubinas.
Ahí aprenderá que en palacio hay muchos caminos para atrapar la atención del emperador.
Algunas maquillan sus caras de blanco y se peinan con cuidado, con la esperanza de fascinarle con su belleza.
Otras se presentan con fantásticos regalos, como colgantes de jade o rollos de caligrafía.
Pero la joven e inteligente Mei será la única que conseguirá impresionar al emperador con las mismas cualidades que hacen de ella un personaje marginado entre las otras concubinas…
Y así comienza a destacar la primera y única mujer que llegó a ser emperatriz en la antigua China.