Si es cierto que en los primeros años se fragua la personalidad e intelecto de un individuo, es fácil atisbar el genio del Premio Nobel de Literatura en la sorpresa con que observa el cambiante mundo que le rodea durate sus primeros diez años de vida. Fo creció cerca del lago Maggiore, en Porto Valtravaglia, un lugar habitado por los apodados "murciélagos", trabajadores de los grandes hornos de la vidriería o la cal, pescadores y contrabandistas que vivían prácticamente de noche. Entre ellos, los personajes más fascinantes y respetados eran los cuentacuentos y los fabuladores, gloria y orgullo del pueblo entero.