Al igual que su penúltimo libro "La desaparición de Stephenie Meiler", este último libro de Joel Dicker deja mucho que desear. Comienza bien, con una trama de misterio que parece atractiva (aunque no muy novedosa). Pero a medida que vas leyendo se hace pesada, tediosa, enrevesada hasta más no poder. No me gustan nada esos saltos en el tiempo constantes. Los personajes me parecen, en general, ridículos y su desarrollo en la novela es caricaturesco. Le sobran al menos 200 hojas; es aburrido y deseas terminarlo cuanto antes. La verdad es que me ha decepcionado mucho. No lo recomiendo en absoluto, y siento decirlo porque a priori era un escritor que me gustaba. Es posible que no lea su próxima novela.
hace 3 años