PIEZA DE CÁMARA DE LA NOVELA DE ESPÍAS. La novela de espías es todo un subgénero dotado de entidad gracias sobre todo a LeCarre. En este caso, creo que las intenciones del autor no son tan ambiciosas, y lo que nos propone es un juego cargado de flema e ironía sobre las paradojas que pueden presentarse cuando idealogía, realidad y amor se juntan. La novela en mi opinión, tiene un inicio flojo, muy soso, y nunca resultan contundentes ni claras las motivaciones de su protagonista hacia una causa tan ajena a como se le describe. No obstante, cuando se llega al elemento central, que es el espionaje, sube el interés, y sin llegar a perder esa ligereza que la caracteriza, y que dependiendo del momento resulta más o menos apropiada, la trama avanza a mejor. Obra interesante, entretenida, ....no está mal, y nos deja clara la difícil convivencia entre una vida conyugal y doméstica normal, y el mundo del espionaje de la guerra fría
hace 9 años