La construcción de grandes presas ha desarraigado a millones de personas en el mundo rural y solo en España ha acabado con la vida de cientos de pueblos e innumerables huertas habitadas. Detendrán mi río cuenta la historia de Cauvaca, una huerta aragonesa que estuvo llena de vida hasta que la inundó el Embalse de Mequinenza. Es la historia de Mercedes, una mujer que creció en el agua y que hoy recuerda con nostalgia el escenario de su infancia. Por estas páginas desfilan vecinos que logran comprar casas y tierras en la huerta de sus antepasados gracias un golpe de suerte, una niña que puede predecir la lluvia con su cinturón de serpiente, obreros que siempre van de paso, un ingeniero estadounidense que muere en el naufragio del Lusitania y un niño catalán que de mayor quiere ser como él, y una campesina ciega que va a conocer el mar porque no sabe que el mar está a punto de venir. Es un libro sobre desarraigo y memoria que aborda un tema universal desde el ámbito local. Pero es también una historia de vidas cruzadas en la que esas pequeñas coincidencias que pasan desapercibidas resultan cruciales en el destino de las personas y los lugares. Este reportaje antropológico está contado como una fábula de realismo mágico, pero parte de decenas de entrevistas a vecinas y vecinos de Caspe y de sus huertas sumergidas, antiguos trabajadores de ENHER, técnicos, periodistas, historiadores y desplazados por la construcción de presas en Mequinenza, Fayón y otros pueblos del resto de España.