El descubrimiento de la obra de Rabindranaz Tagore (1861-1941) supuso para Occidente el deslumbrador encuentro con la tradición lírica que, partiendo de los Upanisads, continúa hasta nuestros días. El Ciclo de la rimavera, delicada comedia dividida en un prólogo y cuatro actos, revela la intensa espiritualidad del Premio Nobel de Literatura de 1913, expresada en un lenguaje rítmico y colorista e impregnada de un profundo sentido de la naturaleza. La fama del gran escritor indio va unida en nuestra área idiomática a los nombres de Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez, cuyas traducciones de la obra de Tagore suponen una prodigiosa labor de recreación literaria.