El nombre de Calígula siempre ha evocado depravación, desvarío, terror, locura… pero ¿se conoce realmente su historia? ¿o quizás lo que hoy sabemos es únicamente lo que los historiadores difamadores han querido que supiéramos?
Lo único que podemos afirmar a ciencia cierta por los datos que nos han llegado de él, es que Calígula, cuyo nombre de nacimiento era en realidad Cayo Julio César Augusto Germánico, fue un emperador romano heredero del también desprestigiado Tiberio, y tío del tristemente famoso Nerón. Sin embargo, Calígula ha pasado a la historia por sus desproporcionados castigos y excentricidades más que por sus logros como emperador.
Simon Turney expone de manera magistral un retrato del emperador que ningún otro historiador a lo largo de los siglos se ha atrevido a mostrar. El de un Calígula hijo, hermano, compañero y esposo. Un hombre humano a pesar de todo, al que por ser únicamente de la gens Julia se encuentra en el punto de mira de muchas amenazas que irá sorteando gracias a su astucia.
El relato, contado a través de su fiel hermana Livila, consigue convencer a un pasivo lector-espectador de los hechos que marcaron al joven Calígula y lo convirtieron en el supuesto monstruo que los escritores nos han dado a conocer a lo largo de siglos y siglos de biografías.
Turney desmonta todos estos mitos, buscándoles una explicación y una trama lógica de acontecimientos, describiendo no con descripciones, pero sí con vívidas narraciones de las conspiraciones de su hermana Agripina, las maquinaciones de su primo Gemelo y la tiranía de su tío Tiberio.
Calígula de Simon Turney es una narración sobresaliente sobre un personaje de la historia, sobre todo, excepcionalmente calculador y metódico del que sólo nos han contado sus barbaridades (y cómo bárbaro ha pasado a la historia), pero que tiene un pasado que el autor nos desgrana y desmenuza de manera trepidante y soberbia. Calígula como nunca antes lo habíamos conocido. (Diana Arrufat Horcajuelo, 25 de mayo de 2022)