Sin haber superado aún el duro golpe que supuso la muerte de su padre, Layken y su hermano Kel deben mudarse a Michigan, donde su madre ha encontrado trabajo como enfermera. Nada más llegar, Layken congenia con el vecino de enfrente, Will. Entre los dos surge algo especial, que no son capaces de poner en palabras… todavía. Tras una primera cita, Lake ve Michigan con otros ojos y está dispuesta a darle una oportunidad, pero cuando empiezan las clases en el nuevo instituto descubre que Will es su profesor de poesía… ¿Preferirías no enamorarte jamás, o enamorarte de alguien a quien no puedes tener? Una novela que te enseñará a no tomarte la vida demasiado en serio. Dale un puñetazo cuando se merezca un buen golpe y ríete de ella.