El descubrimiento de las pinturas de Altamira en 1879, cuando la Prehistoria y el llamado hombre primitivo despertaban recelos en numerosos ámbitos culturales, desató una fuerte polémica. Una polémica digna de una novela.Marcelino Sanz de Sautuola, descubridor de las pinturas de Altamira, y Juan Vilanova y Piera,catedrático de Paleontología de la Universidad Central, hubieron de de hacer frente a las acusaciones de falsificación que les dirigieron los principales expertos de la época, defendiendo la autenticidad de las pinturas recién descubiertas y su carácter de obra prehistórica. Ambos murieron sin ver reconocido el valor de las pinturas, que sólo llegaría a finales del siglo XIX.