En Albertine desaparecida Proust prosigue su detallada y obsesiva narración de los delirios amorosos, de la angustia del deseo y, en especial, de los celos, el sentimiento que alienta con mayor fuerza en estas páginas, protagonizadas por Albertine, una de las amantes más perdurables de la literatura universal. En esta ocasión, Proust sigue su peculiar tour de force en torno a la figura de la amante ausente, del dolor por el cuerpo perdido. Sin duda estamos ante una de las reflexiones más hondas y elaboradas sobre el amor, el deseo y el paso del tiempo.