El autor recrea los años posteriores a la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos, en 1492. El tratado que los reyes firmaron entonces establecía que serían respetadas las propiedades, religión, tradiciones y costumbres musulmanas. Pero todo cambiará por la influencia del arzobispo Jiménez de Cisneros, fanático religioso, intolerante y cuyas ideas pasan por la conversión forzosa de los infieles y la renuncia a su cultura.
De hecho el libro empieza con la gran quema de libros y manuscritos árabes, en 1499, ordenada por el arzobispo. Ese es el inicio del fin de años de convivencia, respeto y tolerancia entre varias culturas y religiones. La novela se centra en una próspera familia musulmana que hace años que vive en al-Hudayl, una aldea cerca de Granada. A través de sus vivencias conocemos, no sólo su modo de vida, sino el incierto futuro que les espera: convertirse al catolicismo y perder su identidad, luchar por su fe y quizá morir, abandonar el lugar en el que llevan siglos viviendo…
Es una lectura interesante y amena que evoca la vida cotidiana y dificultades que vivieron las últimas comunidades moriscas en España. Aunque aparecen nombres y algunas palabras en árabe es de fácil lectura. Me ha gustado pero no me ha entusiasmado, quizá porque no soy muy aficionada a la novela histórica.
hace 10 años
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