Una primavera de frustraciones en España. A las protestas se las engatusa con una palmada en la espalda por movilizar a tanta gente sacándola a la calle. Finalmente, España vuelve a abrazar su pasado radical, sus movimientos populares, sus tradiciones anarcosindicalistas y sus sueños republicanos. La vuelta al progreso interrumpido hace muchos años. Todo se apagó, todo se disolvió, la cultura popular española nunca se recuperaría del vacío dejado por una dictadura de derechas. Y volvimos al mismo sitio, a mirar los signos del tiempo con esperanza humana.