La versión manga de Soy un gato de Natsume Soseki conserva la frescura y el humor de la obra original. Y es un modo fantástico de adentrarse, de manera más ligera y desenfadada, en la cual es una de las obras más conocidas del maestro japonés, uno de sus autores más reputados, casi al nivel que tiene Cervantes para nosotros. Eso es Soseki. Su protagonista es un gato callejero adoptado por Kushami, un desastroso profesor de escuela cuyos mayores placeres se encuentran en dormitar sobre su espacio de trabajo y recibir las incontables visitas de las cuales es objeto. Es a través de esas visitas y de las conversaciones que se establecen —que el gato observa desde una posición distanciada, acre y humorística— donde se despliega el carácter satírico y paródico por el cual es desmenuzada la sociedad japonesa de la época. Los enredos, las maledicencias, los ingenios y demás rocambolescas situaciones —cortejos incluidos— conforman un agradabilísimo fresco que oscila con gran habilidad entre lo ligero y la mirada incisiva. No es, como se podría pensar, una suplantación de la obra original —la diferencia de formatos se hace notar, y no son comparables—, sino un excelente complemento, que funciona igual de bien tanto en solitario como utilizándose para recrearse, un poco más, en la obra original de Soseki, si ya se ha leído. Y garantía de un buen rato entretenido y provechoso. (Carlos Cruz, 8 de junio de 2015)
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