Felipe era el escritor de biografías más importante del país, tanto que el gobernador quería que le escribiera la suya, aunque su verdadera pasión eran las historias de brujas, fantasmas y zombis. Amanda Amancay era una bruja buena que vivía con su hermanastra Lucrecia, con Tío Alberto, que era un gato, que no lo era. Serafín era el menor de seis hermanos, y había nacido cuando nadie lo esperaba. Ésta es la historia de tres seres solitarios que se encontraron una noche mirando la misma estrella. Y luego fueron cuatro. Lectura recomendada de 9 a 12 años.