Solo hay una forma de salvar a Kimara, y Victoria está dispuesta a todo, aunque eso signifique poner en peligro su seguridad y también la de Idhún. Y mientras, la silueta de Haiass y Domivat se recorta en el horizonte. Kistash y Jack están a punto de enfrentar sus espadas legendarias. Pero hay algo más en juego que el destino de la profecía: el corazón de Victoria.