exlibris
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Resumen

Por medio de gatos nazis y ratones judíos, el reconocido ilustrador Art Spiegelman relata la terrible experiencia de su padre en Auschwitz y a su vez proyecta la compleja convivencia de una familia marcada por los horrores del Holocausto. Una historia hipnótica y agridulce que se convirtió en el primer cómic en recibir el premio Pulitzer en 1992.

47 Críticas de los lectores

Me ha encantado esta novela gráfica, me parece muy original el modo de contar la historia a través de dibujos de animales, lo que por un lado le permite distanciarse de lo que cuenta, como si no fuera real ( es tan brutal lo que cuenta, que no parece real, aunque desgraciadamente lo sea ), y por el otro da una visión un tanto dura de los clásicos animales humanizados de los dibujos de la Disnet, esos animales que cantaan, se enamoran y hacen amigos, se da la vuelta a la tortilla aquí y adquieren todas las características humanas. Además me gusta el hecho de que muestre a los personajes con sus virtudes y defectos, pues en este tipo de historias suelen obviarse éstos para aumentar la carga dramática. Yo creo que el mostrar que los personajes no son perfectos, sino personas como todos los demás, le da mayor profundidad a lo que cuenta, pues el holocausto es lo bastante horrible de por sí mismo sin necesidad de convertir a los personajes en personas perfectas.

hace 14 años

Ha sido un libro increíble...en el mismo libro sufres, lloras y te ríes.....magistralmente contado...me ha dejado triste pero es un libro que todos deberían leer....

hace 15 años

Es buena la historia, solo me defraudo al continuar en otro libro.

hace 15 años

El lenguaje del cómic es utilizado de forma magistral por Spiegelman para explicar esta historia del horror nazi y los campos de concentración, recomendable de principio a fin, una obra maestra del noveno arte.

hace 15 años

Desde una historieta, increíblemente, se muestra el horror de los horrores. Un genio Spiegelman.

hace 15 años

Narra el horror nazi como nunca antes lo habia sentido.

hace 15 años

Ganó el Pullitzer, y la verdad es que lo hizo de forma merecida. El dibujo parece tosco y a ratos descuidado, pero lo cierto es que se nota que Spiegelman meditó mucho el tono testimonial con el que quería plasmar el Holocausto, y qué dibujo debía de ser el más adecuado. Lo logró plenamente, con una narratividad genial, apoyada (más bien sustentada) en las relaciones entre el propio Spiegelman y su padre, quien narra sus vivencias durante el dominio nazi, creando una historia que se mueve en dos planos que se retroalimentan mutuamente. Una novela gráfica imprescindible, en fin.

hace 16 años