España no se entiende tal como es sin el papel subordinado que lo andaluz ha desempeñado en la construcción histórica de su Estado. Andalucía ha sido siempre tierra de promisión y de provisión, tanto material como simbólica. Sin embargo, por ser su obra más perfecta, también puede decirse que es el territorio que ha soportado, más que ningún otro, el peso abusivo de ese Estado, para cuyas clases dirigentes ha estado siempre disponible como moneda de cambio. De esta forma, su historia, iniciada en un largo proceso de conquista, también puede contarse como la de un enclave colonizado a lo largo del tiempo por distintas élites. Ello explicaría algunas de sus paradójicas especificidades; entre el clasismo y la diversidad popular, entre la riqueza física y el atraso endémico, entre la alegría narcisista y la postración subalterna. Desde el análisis de lo político, lo socioeconómico y lo culturalmente simbólico, y con un acopio de datos y fuentes apabullante, este libro traza la historia del hecho diferencial andaluz, desde la Edad Media hasta la actualidad, con la intención de que el lector reconozca en el pasado los elementos constitutivos de su realidad en el presente.