Una conmovedora historia de amor, de lealtad, de valor y de inocencia truncada, con el trasfondo de un terrible episodio real de la Segunda Guerra Mundial. Una novela que te dejará un poso de emoción mucho después de la última página. En 1952, en un convento de monjas en el sur de Francia, Adeline lucha por recuperar sus recuerdos. Unos recuerdos tan terribles que la han dejado muda desde que la encontraron deambulando herida en 1944. Poco a poco, de las tinieblas de su mente surgirán los protagonistas de esta historia: Sebastien, el amable y romántico judío incapaz de comprender la magnitud de lo que se avecina; Isabelle, la joven profesora que se enamorará de él perdidamente; Paul, el hermano de Isabelle, que escribe cartas que nadie leerá desde el campo de prisioneros; Tristán, el niño de buena familia que ha llegado al pueblo huyendo de un París convulso... En el frágil paraíso de un pueblecito de la Francia todavía no ocupada por los nazis, donde la vida transcurre como en una burbuja de cotidiana tranquilidad, cada uno de ellos seguirá adelante con sus sueños, sus esperanzas, sus ambiciones… hasta que el fanatismo, la violencia y la realidad de una guerra implacable les alcance.