Buscando un clásico ruso para leer me topé con unas piezas de teatro de Chéjov. Como deseaba, además, una lectura corta/ligera me animé. Las cuatro piezas de las que se compone el libro recrea el ambiente decadente de la sociedad rusa de la segunda mitad del siglo XIX. A grandes rasgos, El jardín de los cerezos trata de una familia que pierde su casa y tierras, un lugar en el que se hallan arraigados dolorosos y felices recuerdos de varias generaciones, tras quedarse en la ruina. Las tres hermanas versa sobre la existencia de tres mujeres que sueñan con una vida mejor, como cuando vivía su padre, un antiguo cargo militar –la primera escena comienza con el recuerdo del día que murió el padre-. Las tres sienten añoranza de tiempos pasados y sueñan con vivir en la gran ciudad de Moscú que las vio nacer. El tío Vania cuenta la historia de un hombre que ha visto pasar su vida mansamente, enamorado de la actual mujer del que fuera su cuñado, cuya tarea se limita a hacerse cargo de la hacienda heredada de su hermana fallecida, junto con su sobrina. Por último, La gaviota, la historia más trágica y la que contiene mayor simbolismo de las cuatro. La gaviota representa la desasosegada vida de Konstantín Tréplev, hijo de la actriz de éxito Irina Arkádina y fallido escritor/intelectual y la de la joven Nina, una chica ingenua, aspirante a actriz y enamorada del famoso escritor Trigorin, amante de Irina. En conjunto, son relatos que presentan unos personajes castigados por la vida, por amores no correspondidos, situaciones cotidianas absurdas, monótonas, cargantes y un destino frustrado. Asimismo, los personajes están bien construidos y el estilo de Chéjov es vivo, fluido y contiene cierto carácter irónico, con lo que se convierte en una lectura entretenida. Hasta ahora, creo recordar que las únicas obras de teatro que leí fueron las obligatorias. Ha sido una grata experiencia leer teatro por cuenta propia, incluso casi divertido (digo casi porque las piezas que he leído contienen su parte de drama).
hace 11 años
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