En 1969, Karen Armstrong cuelga los hábitos tras siete años como monja en un convento de clausura. Para esta joven inglesa, la adaptación al mundo no resulta nada fácil: se siente totalmente apartada de las realidades de la Inglaterra de los años sesenta, no ha oido hablar ni de la guerra de Vietnam ni de los Beatles y le cuesta entablar relaciones con su entorno. Karen se refugia en los estudios de literatura en la Universidad de Oxford, pero lógicamente también queda intimidada por el convulso mundo universitario de finales de los años sesenta con sus protestas, su liberación sexual y la puesta en duda de los cimientos de la sociedad civil.Viaja a Jerusalén, donde cambia radicalmente su visión sobre el judaísmo y el islam, y empieza a profundizar en sus estudios sobre las religiones monoteístas. Éste será el primer paso de un proceso humano y espiritual que acabará por convertir a Karen Armstrong en una de las más prestigiosas voces sobre el tema de las religiones.