Mas que una mente alucinada, un poeta es el producto de una vida intensa y plena; eso era Aquiles Nazoa, una mezcla de juglar y maromero que, a veces mordaz y en ocasiones tierno, nos lleva desde el sueño a la vigilia, contándonos de un modo muy sencillo, aquellas fábulas tejidas con el hilo que une sin prejuicio lo grotesco y delicado, como quién va bordando en nuestro mapa el recuerdo de las cosas mas comunes. Allá está Aquiles más allá del tiempo y la memoria, quizás vestido con su gala de prematuro guía turístico, llevándonos por el reino de los sueños, a conocer los intensos parajes donde el cochino y la tortuga siembran corazones para enriquecer nuestro más humano encuentro...