Este libro evoca una historia personal y construye un programa irresistible y exclusivo. Las respuestas habituales se borran, abolidas por un rigor asistemático que no asigna valores juzgados desde algún tribunal sino que contrasta usos, pasiones y texturas. En pocos textos como en este de Abraham la idea de libro se consolida con la de biblioteca y cultura. Dentro de cada uno de estos conceptos una sustancia única y renovada nos permite seguir el curso de la filosofía occidental y encontrar los nudos de su articulación en los lugares menos pensados. A partir de esos hallazgos, esta «historia universal de una sola biblioteca» nos ayuda a habitar la filosofía desde la sorpresa y admiración que prodiga el autor a los responsables de su vocación.