Hilary Westfield siempre ha soñado con ser pirata. Consigue mantenerse a flote en el agua hasta treinta y siete minutos, sabe hacer los nudos marineros más rápido que cualquier marinero Solo hay un problema: la Liga de Piratas Casi Casi Honorable se niega a que las niñas se unan a sus filas de bribones de los mares. Las chicas tienen que asistir a la Escuela de buenos modales de la Señorita Pimm para damas delicadas, donde aprenden a bailar el vals, a desmayarse y a hacer reverencias. Pero Hilary y su mejor amigo, una gárgola, no tienen tiempo para tales frivolidades… ¡porque son piratas! (bueno, casi casi).