Novela breve que no llega al centenar de páginas y que nos sitúa en una noche de 1897 en un distinguido club de caballeros de Londres. Cuatro socios que no se conocen cenan juntos mientras un quinto lee muy concentrado un libro. Una simple conversación entre los comensales deriva en la narración de un extraño misterio que tiene desconcertada a la Policía de la ciudad. Con la participación de los presentes, la trama se desdobla en varias historias y la intriga y su resolución absorben la atención de los caballeros, así como la del lector, que disfruta esta deliciosa novela con aires detectivescos, a la que no le falta la sorpresa final.
Se trata de un divertimento ingenioso, bien escrito, ameno y muy agradable de leer, que recomiendo.