Resumen

Había una vez un príncipe de un reino muy pequeño que quería casarse con la hija del Emperador. Para conquistarla, le envió una rosa exquisita y un ruiseñor de maravilloso canto. Sin embargo, la caprichosa jovencita despreció los presentes. Por ello el príncipe se disfrazó de campesino y solicitó trabajo al Emperador, que sólo pudo ofrecerle el puesto de porquerizo imperial...