El pequeño erizo ve que todos los animales de su entorno están dedicados a la misma actividad: cada uno está incubando un huevo. Le parece algo tan fascinante que decide que él también quiere hacer algo así. Pese a las críticas y burlas que recibe por parte de sus amigos erizos, se pone manos a la obra y elige lo más parecido que encuentra a él: ¡¡una castaña!! ¿Conseguirá el pequeño erizo que de ahí nazca, como de cualquier huevo, un animalito?