La ausencia de políticas de Estado es la más grave de las insuficiencias de la España constitucional. Unas políticas de Estado que se nos antojan no obstante como centrales en cualquier ordenación política vertebrada y cohesionada. Son éstas las que cualifican precisamente a los Estados modernos con mejores perfiles de coparticipación y eficiencia en sus políticas públicas. Estas políticas de Estado se definen por dos rasgos. El primero, que afectan a cuestiones centrales en la conformación de la Res publica: modelo territorial, educación, terrorismo, relaciones internacionales, inmigración, etc. El segundo, que han de ser respaldadas por el mayor número de fuerzas políticas, y de manera ineludible en nuestro caso, por los dos grandes partidos políticos nacionales. De no ser así, se quiebra su codecisión, estabilidad y perdurabilidad. De aquí la pertinencia de recuperar un aggiornamento compartido, un debido compromiso, un anhelado pacto y un obligado acuerdo. La ciudadanía lo reclama desde hace ya demasiados años. El título del presente libro es la añoranza por estas políticas públicas, tal y como tuvimos sin embargo ocasión de constatar en las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas en los discursos de McCain y del presidente Obama.