Un libro que se aleja del esquema clásico romántico del mito vampírico como ser chupasangre incapaz de darle la luz solar. Los vampiros de Poppy son sanguinarios, sexuales y depravados. El libro trata temas a priori incómodos como el incesto, no obstante, lo hace desde una óptica comprensible pues es desde los sentimientos enmarañados de Nada, el hilo conductor de la historia. Nada, un nombre adecuado para un personaje perdido, en busca de su identidad, un vampiro que desconoce su pasado. Aunque los personajes más interesantes son los tres sádicos adictos al gore, al sexo y al alcohol de Twig, Molochai y Zillah así como el decadente y solitario Christian pues los cuatro serán el nexo con el pasado de Nada. Así, el libro va entrando en hechos turbios, en descripciones cruentas -no se corta al hablar de sangre y mutilaciones-, en relaciones incestuosas que, por el carácter salvaje de sus personajes, no representarán molestia alguna en el lector -el sexo y las relaciones homoeróticas son el buque insignia del libro, las cuales son descritas con bastante precisión y detalles-. Porque aunque Nada se acueste con su padre, Poppy consigue hacerte creer que es por amor, en cierto modo. No esperaba mucho de este libro y, en cambio, ha sido altamente adictivo sobre todo por la transformación de Nada hacia ese mundo inhumano y por los personajes secundarios, incluidos los recurrentes en la literatura de Poppy, Steve y Fantasma como esos cazadores de vampiros.
hace 6 años