Todos sabemos que hay que andarse con cuidado con las curvas, y si en vez de pisar asfalto tocamos unas curvas femeninas, la cosa se pone al rojo vivo... De todos los caminos que existen para llegar al diálogo entre hombres y mujeres, Maitena ha elegido las curvas porque sabe muy bien que las vueltas más peligrosas no son las del cuerpo, sino las de la mente... ¿Cuántas veces nos hemos enfrascado en conversaciones absurdas con nuestra pareja sin llegar nunca a un acuerdo?, ¿cuántas horas hemos perdido cavilando sobre un amor imposible, buscando un príncipe azul o una Blancanieves que sólo existen en nuestra imaginación? Curvas y más curvas, revuelos que nos acompañan y que Maitena ha descrito con su habitual ironía para que todos aprendamos a conducir nuestras vidas con más sentido del humor.