Quien sabe hervir agua sabe cocinar al vapor ya que el principio de la cocina al vapor es tan sencillo como el poner agua a hervir en un recipiente y hacer que el vapor pase a través de los alimentos. Proceso posiblemente anterior a la cocción sobre el fuego o las cenizas, en los últimos años se han desarrollado distintos utensilios para canalizar y mantener el vapor en un circuito cerrado. Según utilicemos el vapor producido, tenemos dos tipos de cocina al vapor, húmeda y seca, y cada una de ellas debe utilizar unos recipientes adecuados. Las numerosas y originalísimas recetas se estructuran en función de los utensilios empleados: cesto margarita, cestos de bambú wok, vaporera eléctrica y olla a presión para la primera, y bolsas de vapor, bolsas de asar, papillote y estuches de silicona para cocinar en seco. Las ventajas de la COCINA AL VAPOR CON BLANCA FERRÁNDEZ DEL CACHO se basan en no alterar las propiedades nutritivas de los alimentos, no modificar su sabor y realzar su frescura, y eliminar las grasas, sin olvidar su sencillez. Se trata pues de una cocina eminentemente saludable, sabrosa, rápida de realizar y sencilla de aprender. Tras el éxito de sus anteriores libros, que ayudaron a controlar y reducir el peso a numerosas personas mediante una dieta profundamente original, COCINA AL VAPOR CON BLANCA FERRÁNDEZ DEL CACHO nos presenta en esta ocasión las indiscutibles ventajas de una cocina basada en unos principios basados en el consumo de unos alimentos que en su proceso de elaboración sufren la mínima pérdida de sus propiedades nutritivas, o dicho en otras palabras, que se consumen de la manera más natural posible.