En este libro, Stephen Jay Gould, se enfrenta al viejo dilema que han tenido que afrontar los intelectuales desde el Renacimiento para proponernos que, en vez de seguir escogiendo entre ciencia y religión, optemos por un punto medio que reconozca la dignidad de ambos mundos. Es decir, que la ciencia defina el mundo natural y la religión, y que ambas puedan cohabitar respetuosamente. Para sustentar su propuesta, el autor se sumerge en la historia de la ciencia y asedia las figuras de científicos y líderes morales que, a lo largo de los tiempos tuvieron que enfrentarse a dilemas de fe y razón. Galileo o Darwin ejemplifican el argumento del autor de que los individuos y las culturas deben cultivar tanto la vida espiritual como una constante interrogación racional para experimentar plenamente las potencialidades de la condición humana.