Caballito Loco es un pequeño relato infantil de Ana María Matute, tan dada a este tipo de literatura cuentística, tan imaginativa y soñadora como casi todo el resto de su prosa. Caballito Loco es la historia del hijo más pequeño del jefe de una manada salvaje de caballos. Un potrillo que sufre del desdén del resto —salvo de su madre, Zira—, y que en sus vagabundeos solitarios se aproxima a los seres humanos, incluyendo a un pequeño niño, tan maltratado como él, y que pronto quiere hacer su amigo. Pero el niño, de corazón duro, se fija como objetivo, al conocerlo, domarlo como a cualquier otra bestia salvaje. La mano de Ana María Matute es muy reconocible en las poquitas páginas que desarrollan el cuento: la incomunicación, la crueldad —especialmente con aquellos desfavorecidos— o la pérdida o perversión de la inocencia —que tiene en Caballito Loco y en el niño, Carbonerillo, una representación magnífica— se manifiestan aquí en todo su esplendor. De ahí que no solo los niños, sino también los que aman a Matute, puedan disfrutar de esta pequeña obrita. Pero sobre todo los niños, claro, que se identificarán con la libertad salvaje de Caballito Loco, sentirán con él, y sobre todo sentirán compasión. Y, para redondear, delicadas ilustraciones de Albert Asensio, para una edición de tipos grandes, amplios márgenes, y cuidado diseño. (Carlos Cruz, 4 de mayo de 2015)
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