Sin duda todos los grandes escritores inventan sus personajes. Pero ¿por qué Beaumarchais situó sus dos obras dramáticas de mayor éxito en Sevilla, donde no estuvo jamás? Él conoció Madrid y sus alrededores, aunque es evidente que en nuestro país encontró una forma de vida en la que sus fascinantes creaciones podían vivir, cantar, bailar, flirtear... y florecer. Thomas se ha propuesto descubrir de dónde le venía la inspiración a Beaumarchais para escribir obras como Las bodas de Fígaro o El barbero de Sevilla ambientadas en esta ciudad mágica, que no conoció, y de la que logró ofrecer una imagen al mundo entero que todavía perdura.