En Valladolid capital un matrimonio joven hereda un piso antiguo, propiedad de la madre de él, deciden hacer algunas reformas y, al derribar un armario empotrado, los albañiles encuentran el cadáver, ya momificado, de un hombre de mediana edad. El inspector Alfredo Vega debuta en la investigación criminal con un caso donde las pruebas se han diluido con el transcurso del tiempo, el cadáver aparece sin documentación ni signos de violencia y, como única pista, porta el recorte de un anuncio de periódico en uno de los bolsillos de su pantalón vaquero: "ama de casa sale de compras de 9 a 12 a.m", reza el texto. El caso se complica para el inspector Vega debido a que la anterior propietaria alquilaba la vivienda sin contrato ni constancia legal, de tal manera que tres tandas de estudiantes, un agente de seguros y una joven pareja la habitaron en distintas etapas a lo largo de los últimos diez años. Todos ellos son posibles sospechosos, sólo uno será identificado como la víctima: el agente de seguros Joaquín Perea Martínez. Intereses económicos, prostitución, homosexualidad y violencia de género..., ingredientes que salpimentarán un thriller donde nada es lo que parece.