Escrita por uno de los autores que mejor han retratado las paradojas y avatares de la vieja respetabilidad burguesa, "La confusión de los sentimientos" deja de lado el esteticismo andrógino de "muerte en Venecia" y las ambigüedades sadomasoquistas de "El joven Törles" -por citar dos clásicos ejemplos centroeuropeos de novelas recuperadas como homófilas- , para internarse en las angustias y bloques creadores de un intelectual homófilo de los dorados veinte, cuyo enigma rememora con ribetes entre añorantes y lombrosianos su ya anciano discípulo.