La historia se desarrolla en Alaska, en un ambiente solitario e inhóspito donde la naturaleza es implacable y sobrevivir es un verdadero aprendizaje. Una chica y un niño salen fuera durante una tremenda ventisca. En un despiste, la chica suelta la mano del niño y lo pierde. Ahí se inicia la búsqueda, por una parte de ella que busca al niño y salvar su propia vida, y, por otro lado, los pocos habitantes del lugar que salen en busca de ambos.
La novela se estructura en capítulos cortos, intercalados y narrados en primera persona por los cuatro personajes principales, Bess, Benedict, Cole y Freeman. A raíz de sus reflexiones personales, poco a poco se va desgranando el pasado y los secretos que esconden cada uno de ellos. A pesar de estar escrita de una manera tan sencilla, la construcción y profundidad de sus personajes me ha parecido magnífica.
Me ha encantado. Una lectura apasionante, que he leído dos veces en poco tiempo.