El libro relata el periodo transcurrido entre noviembre de 1920 y marzo de 1921, cuando César Vallejo estuvo recluido en la cárcel pública de Trujillo, acusado de un hecho criminal ocurrido en Santiago de Chuco, su pueblo natal, en el que hubo tres muertos. El escritor deja claro en su novela como "el juez encargado de la investigación fue comprado por los enemigos del poeta y falsificó firmas y documentos". También narra cómo la policía "arrancó falsas confesiones bajo tortura, de tal forma que, a la edad de 28 años, acabó en una prisión por un periodo de tiempo indefinido donde, según se cuenta, los presos salían muertos o locos". En opinión del autor de la novela, se trata de "acercar al lector a esos días espantosos, así como los años jóvenes de Vallejo en Trujillo, de modo que las utopías del siglo y los pavorosos abusos sociales se alternan con la rebelión anarcosindicalista, la bohemia literaria y algunas milagrosas historias de amor".