La muerte de José Antonio Primo de Rivera fue uno de los asuntos más escabrosos vividos a comienzos de la guerra civil española. Se idearon numerosos intentos de liberación, desde ataques militares por sorpresa hasta sobornos a carceleros y políticos, pasando por el canje con el hijo del presidente Largo Caballero, prisionero de Queipo de Llano en Sevilla. El anuncio de su fusilamiento fue puesto en duda por personalidades nacionales e internacionales. El Gobierno británico incluso envió un diplomático al cementerio de Alicante, donde se exhumó el cadáver, para verificar tal extremo. Incluso hoy en día el interrogante sobre a quién interesaba la muerte del fundador de Falange Española sigue siendo objeto de controversia. Tiempo de sangres recrea la narración de un joven falangista que participó en el desconocido y exitoso intento de liberación de su líder poniendo en entredicho la fecha del 20 denoviembre de 1936 como día de la ejecución. Todo ello ambientado en un marco de rigor y lógica histórica.