Donde había una central térmica, ahora hay un gran hueco. Isidorín se ha prejubilado después de una vida dedicada a la minería y ocupa sus horas aprendiendo ruso y organizando carreras para los guajes del club ciclista. Piensa que su mujer Milagros se está haciendo vieja, y esta cree a su vez que él solo abre la boca para fastidiarla. El matrimonio hace aguas, y ella busca una ilusión en el profesor de bachata de la residencia para ancianos donde trabaja. La Juli, una de sus compañeras en la residencia, lleva una temporada faltando de manera sospechosa al trabajo. Se la ha visto por los bares del pueblo y de León con Xairu, el hijo de Isidorín y Milagros, que aspira a alcalde de Llanos de Alba con un partido de extrema derecha y sin muchos argumentos políticos. En realidad, su vida parece basarse en comprobar si estar destruido le hace indestructible o si, cuanto más destruido está, más se puede destruir...