“Las pinturas tienen una vida propia que se deriva del alma del pintor”. Con este pensamiento, Vincent Van Gogh define perfectamente sin pretenderlo el contenido de esta obra.
Una pintura contiene un pedacito de alma de su autor, pero un retrato tiene vida propia, la vida de una persona que, mejor o peor, es retratada por el artista. Observando el retrato de esa persona, si el pintor nos lo permite, podemos sumergirnos en otra vida y en otro momento de la historia.
Con Retratarte, Carlos del Amor nos ofrece una perspectiva distinta de cada retratado, asume su papel y, en primera persona, nos hace partícipe del momento exacto en el que retratista y retratado se funden en el pincel para dar vida a una obra maestra. Seguidamente, nos aporta algunos datos interesantes sobre la pintura, de manera fiel a la historia de la misma y que nos sumerge un poco más en su contexto histórico.
Aunque no deja de tener mucho peso el punto de vista subjetivo e imaginativo del autor, Retratarte puede aportar al lector una perspectiva y reflexión distintos a los que primeramente podría tener sobre ciertos retratos, así como descubrirle otros que han pasado sin pena ni gloria a la historia del arte, pero que en su tiempo generaron un gran debate.
Quizás, para amantes y expertos en arte, y seguramente también para los más exigentes, esta obra no cumpla todas las expectativas, pero sin duda no se trata de un manual de arte más. Retratarte puede leerse en cualquier momento por cualquier lector que tenga interés en conocer una faceta distinta de ciertos artistas, así como de retratos conocidos y no tan conocidos, pero que tienen una historia oculta detrás que puede captar la atención de más de un curioso. (Diana Arrufat Horcajuelo, 13 de febrero de 2023)