A lo largo de la sostenida plática que se contiene en este libro, una de las palabras más repetidas es filosofía. Y ello quizá porque, aunque este no sea en rigor un libro de filosofía, sí es -o debería ser- un libro filosófico: una modesta ilustración del mismo discurrir de la libertad filosófica en sentido amplio, si pudiera valer como descripción de la libre conversación filosófica el intentar, con ayuda de la palabra, ver un poco más claro lo que nos pasa. Con una fluidez que le debe algo al descubrimiento del correo electrónico, las palabras de los dos que aquí hablan se han ido cruzando durante un año, no solamente entre ellas, sino con sus respectivos quehaceres, de tal modo que (así quiero creerlo al menos) ambos nos ayudamos mutuamente, sin programarlo, a la hora de realizar esos quehaceres, y que esos quehaceres ayudaron también a nuestra conversación a adquirir nuevos matices. Hablar con Fernando Savater es siempre una experiencia grata, y hablar a propósito de la filosofía lo es más si cabe, porque este es un asunto en el que resulta difícil encontrar personas que sepan conversar con la destreza y maestría con las que él sabe hacerlo, sin olvidar que fue así, en forma de conversación escrita, como comenzó la filosofía. José Luis Pardo.