Tras El Guerrero no podía dejar pasar esta novela. Una historia, como su predecesor, de valores, palabra y honor. Una historia que personalmente me atrajo desde el inicio y más por aún por mezclar historia feudal con nuestro imperio, el español, que se hace presente a través de los jesuitas. Personajes inolvidables, traiciones y quizás demasiados clanes y nombres que te hacen perderte un poco al final. Un desenlace inesperado pero más que sencillo para un increíble viaje por el Japón feudal. Una aventura con mil aventuras por el camino. Satisfecho por su lectura y por la paz que trasmite a cada página. Excelente. Volveré con Gil, sin duda.
hace 4 meses